Cuando hemos entrado en clase de griego nos hemos puesto
directamente por parejas y hemos continuado traduciendo el mito de las sirenas
que ya habíamos empezado ayer.
Edmée y yo, primero
de todo, lo hemos traducido oralmente entre las dos, apoyándonos la una a la
otra. Una vez ya teníamos una idea general
del texto, hemos empezado a escribir la traducción. Había algunas palabras
que no sabíamos y se las hemos preguntado a Ana, pero en vez de contestarnos
como suele hacer, no nos ha contestado a ninguna de nuestras preguntas y nos
decía que lo teníamos que adivinar por el contexto. El único problema era que
por el contexto no lo podíamos adivinar, por lo tanto, Ana nos ha dicho que
escribiéramos algo que tuviera sentido y luego ella nos diría la traducción
correcta.
Este ejercicio no me ha disgustado, lo que sí que no me ha
gustado ha sido que Ana no nos contestara porque me ponía nerviosa no saber lo
que significaba una frase y, además, nos decía que nos dejáramos espacio en
blanco, pero como no sabíamos la respuesta tampoco sabíamos lo que nos iba a
ocupar, es decir, un lío. No obstante, Edmée y yo lo hemos intentado hacer lo
mejor posible y creo que nos ha salido bastante bien.
Como teníamos que hacer la evaluación hemos dejado para
mañana corregir las traducciones y nos hemos puesto a evaluar a los compañeros
y a nosotros mismos. Me ha sabido mal suspender a los compañeros, pero he sido
sincera y a los que creo que no se merecían aprobar les he puesto mala nota.
Respecto a mi autoevaluación he intentado ser lo más sincera y crítica posible
para así poder mejorar de mis errores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario