En la clase de griego de hoy hemos empezado un texto nuevo.
Cuando algunos se han enterado de lo que tocaba hacer hoy se han quejado un
poco ya que hacía una clase que habíamos acabado el de Giges y Candaules, pero
Ana nos ha dicho que a partir de ahora hasta final de curso en todas las clases
de griego nos vamos a dedicar a traducir textos.
Cuando nos ha dado el texto hemos visto que este tenía mejor
pinta que el de la semana pasada por dos razones principalmente, la primera,
porque tenía un dibujo que alegraba un poco el papel y, la segunda, porque era
mucho más corto. Nada más hemos visto el dibujo hemos reconocido la historia
porque en el dibujo había un cuervo encima de una rama de un árbol con un trozo
de comida en la boca y bajo había una zorra mirándolo, esta foto nos ha hecho
pensar en el texto de latín que nos salió en el examen pasado y, efectivamente,
era la misma historia.
Antes de traducirlo hemos analizado la imagen y Ana nos ha
dicho que le contáramos de lo que nos acordábamos de la historia. Una vez hemos
acabado con el dibujo nos hemos centrado en las palabras que había a la derecha
del texto, ya que estas eran el vocabulario más básico para la comprensión del
texto.
Cuando ya estábamos situados hemos empezado con la
traducción. El texto era corto pero tenía algunas frases complicadas, sobre
todo por el hecho de que había muchos participios y algunos de ellos
participios pasados… A pesar de todo, no ha salido tan mal aunque sí que es
verdad que algunas frases no nos salían y ha sido Ana quien nos ha dado la
traducción más exacta, ya que la idea la teníamos clara pero no la traducción
más precisa. La fábula me ha parecido entretenida y me ha recordado cuando era
pequeña e iba en el coche con mis padres y hermanos y nos ponían un CD de
fábulas para niños, me encantaban y siempre las pedía, muy al pesar de mis
padres.
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